En un giro diplomático histórico que aísla progresivamente a la ocupación israelí y Estados Unidos, once países, entre ellos potencias occidentales como Francia, Reino Unido, Canadá y Australia, han reconocido oficialmente al Estado de Palestina en el marco de la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta movilización, una de las más significativas en décadas, eleva a 157 el número de países que reconocen la estadidad palestina, representando más del 81% de los miembros de la ONU.
El impulso, catalizado por la “Conferencia de Alto Nivel para la Solución Pacífica de la Cuestión de Palestina” copresidida por Francia y Arabia Saudita, refleja un consenso internacional creciente sobre la urgencia de la solución de dos Estados como única vía para la paz en la región.
Una decena de naciones se suman en 48 horas
Los reconocimientos se sucedieron en cadena entre el 21 y el 22 de septiembre, marcando un antes y un después en el estatus diplomático de Palestina.
Este movimiento colectivo es particularmente relevante porque incluye a cuatro miembros del G7 (Reino Unido, Francia, Canadá y Australia), un grupo de economías avanzadas donde el apoyo a Palestina no había sido la norma. Bélgica, si bien anunció su reconocimiento, lo condicionó a la liberación de los rehenes israelíes y a la eliminación del papel de Hamas.
Declaraciones históricas por la paz
Los líderes internacionales justificaron sus decisiones como un esfuerzo necesario para preservar la esperanza de una solución pacífica.
- Emmanuel Macron, Presidente de Francia: «Pesa sobre nosotros una responsabilidad histórica. Debemos hacer todo lo posible para preservar la mera posibilidad de una solución de dos Estados […] Por eso, fiel al compromiso histórico de Francia con la paz, declaro que Francia reconoce hoy al Estado de Palestina».
- Keir Starmer, Primer Ministro del Reino Unido: Afirmó que la decisión busca «reavivar la esperanza de paz para palestinos e israelíes» ante el «creciente horror en Medio Oriente».
- António Guterres, Secretario General de la ONU: Acogió con satisfacción las decisiones, recalcando que «la creación de un Estado para los palestinos es un derecho, no una recompensa».
Reacciones y el creciente aislamiento de Israel y EE.UU.
La respuesta de la ocupación israelí y su principal aliado no se hizo esperar. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó enérgicamente los reconocimientos, calificándolos de «recompensa al terrorismo» y prometiendo que «no habrá un Estado palestino». Netanyahu anunció que dará una respuesta más completa tras su reunión con el presidente estadounidense, Donald Trump, prevista para el 29 de septiembre.
Por su parte, Estados Unidos se perfila como el único miembro permanente del Consejo de Seguridad que no reconoce a Palestina, una postura que, junto con su reciente veto a una resolución por el alto el fuego en Gaza, profundiza su aislamiento y del gobierno de la ocupación israelí en el escenario global.
Contexto histórico y significado
El Estado de Palestina fue declarado por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en 1988 y desde noviembre de 2012 tiene el estatus de Estado observador no miembro en la ONU.
El reciente impulso diplomático se produce en un contexto marcado por la ocupación y genocidio en Gaza, que ha dejado más de 65,000 civiles palestinos muertos, y la expansión continua de asentamientos de colonos de la ocupación israelí en Cisjordania.
A nivel práctico, el reconocimiento como Estado fortalece la posición palestina en foros internacionales y sienta las bases para futuras reclamaciones de soberanía. Sin embargo, en el terreno, la ocupación israelí continúa. Como señaló un alcalde palestino en Cisjordania, el reconocimiento «confirma que el pueblo palestino posee un Estado, aún bajo ocupación».
Perspectivas de futuro
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, que intervino en la conferencia por videollamada tras serle denegado el visado por Estados Unidos, celebró los anuncios y se comprometió a celebrar elecciones una vez finalice la guerra, asegurando que «Hamas no tendrá un papel» en un futuro gobierno.
La comunidad internacional espera que esta presión diplomática conjunta logre lo que las negociaciones bilaterales no han conseguido: impulsar de manera irreversible un proceso hacia la coexistencia de dos Estados, Israel y Palestina, en paz y seguridad.





