¿Para qué sirve la condonación de impuestos?

por | Dic 6, 2024 | ¿Para qué sirve?

¿Alguna vez te has preguntado por qué los gobiernos a veces deciden «perdonar» impuestos? ¡No es magia, ni un truco de ilusionista! Es una jugada estratégica que tiene más que ver con la economía y las empresas que con tu cuenta bancaria. Pero, calma, no entres en pánico: aquí te lo explicamos de manera sencilla.

Perdonar impuestos

Imagina que eres un empresario que debe una cantidad monstruosa de impuestos. Un buen día, el gobierno, con cara seria pero una mano generosa, te dice: «Ey, te perdono una parte o incluso toda tu deuda fiscal». Esto es la condonación de impuestos. En términos sencillos, el gobierno dice: «Toma, no tienes que pagar todo lo que debías, pero…». Claro, hay un pero.

¿Quiénes son los afortunados?

No, no todos los mortales pueden acogerse a esta bendición fiscal. Generalmente, la condonación se otorga a grandes deudores como grandes empresas, grandes contribuyentes o incluso gobiernos locales que están ahogados en deudas. En resumen, no es para el pequeño empresario que lucha por pagar la renta de su local. El gobierno prefiere darle una mano a los que tienen una bola de deuda que no pueden pagar.

¿Por qué lo hacen?

Puede sonar a una estrategia medio dudosa, pero tiene su razón de ser. A veces, los gobiernos prefieren condonar los impuestos impagos en lugar de que las empresas quiebren. Si una empresa quiebra, el desempleo aumenta, y el gobierno pierde ingresos por otros impuestos, como el de la nómina de los empleados.

Por otro lado, la condonación también busca aliviar la carga de deudas que las empresas no pueden pagar, lo que en teoría las puede ayudar a mantenerse a flote. En teoría, claro. También, por supuesto, buscan que el dinero vuelva a circular. No olvidemos que, en general, los gobiernos necesitan que las empresas sigan funcionando, porque si ellas siguen, el Estado sigue recibiendo impuestos.

¿Qué ganan los gobiernos?

El objetivo es simple: recuperar algo de dinero. Si el gobierno piensa que no va a recibir lo que debe, pues mejor perdona una parte y, si tiene suerte, la empresa comienza a pagar de nuevo, o al menos a no desaparecer del mapa. De alguna manera, es un «hazlo por la economía», o como decimos en el barrio: «más vale algo que nada».

Aunque a veces parece que la condonación se utiliza con fines más… políticos, también hay quienes creen que el perdón fiscal sirve para reactivar sectores clave de la economía. Las grandes empresas, después de todo, suelen generar empleo y pagar impuestos indirectos, como el IVA. Si sobreviven, todos ganan, o eso creen.

¿Y qué pasa con los ciudadanos?

Aquí es donde la cosa se pone interesante. Cuando el gobierno condona impuestos a las empresas, los ciudadanos comunes y corrientes no siempre ven el beneficio inmediato. De hecho, es probable que ni lo noten. Sin embargo, la idea es que, al ayudar a las grandes empresas a no quebrar, las cosas «se estabilizan» y el bienestar general mejora.

Claro, la lógica es que si las empresas se mantienen activas, podrían generar empleo, producir bienes y servicios y, a la larga, beneficiarnos a todos. Pero no siempre es tan fácil de ver, y a veces se siente como si el gobierno estuviera jugando al Monopoly, donde siempre gana el jugador más rico. ¿Te suena familiar?

¿Por qué molesta tanto?

Aquí está la gran pregunta: ¿por qué nos molesta tanto la condonación de impuestos? Ah, sí, es porque a menudo parece que el gobierno le da un “madrugón” al ciudadano común mientras salva a los grandes jugadores. ¿Y qué pasa con el contribuyente honesto que paga a tiempo? Pues se siente como el que paga la cuenta en la cena pero nadie le agradece.

Es cierto que, en ocasiones, la condonación tiene el propósito de reactivar la economía y ayudar a las empresas a no desaparecer. Pero cuando parece que solo se beneficia a unos pocos, el mal sabor de boca es inevitable. Y la frase que más resuena es: “¿y yo qué gano con todo esto?”.

¿Vale la pena?

La condonación de impuestos puede sonar como una jugada arriesgada, pero tiene su lógica detrás: el gobierno decide que es mejor perdonar algo y esperar recuperar más en el futuro, que dejar que las deudas se acumulen hasta que no haya nada que recuperar.

Para los ciudadanos, es un arma de doble filo. En teoría, si las grandes empresas sobreviven, la economía sigue girando. Pero, claro, no deja de ser incómodo ver cómo los grandes deudores son tratados con cariño, mientras tú sigues pagando tus impuestos puntualmente.

Así que, como todo en la vida, la condonación de impuestos tiene su lado bueno y su lado malo. Y si alguna vez te preguntaste para qué sirve, ahora ya sabes: no es magia, es estrategia económica. O algo así.

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