Por Ivana von Retteg Nolan
La Edad Media, a menudo representada en historias y cuentos de caballería, data del silgo V hasta el siglo XV; y aunque no hay un consenso exacto sobre las fechas precisas, se considera que comenzó con la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 y finalizó al inicio del Renacimiento alrededor de 1453. Los caballeros todavía usaban armaduras y se batían en justas por el favor de la nobleza y las damas, enormes castillos eran la última moda de bienes raíces y la peste negra asediaba las calles, pero ¿sabías que existieron estas rarezas de la época?
Manuscritos iluminados… ¡brillan!:
Los manuscritos medievales eran a veces decorados con oro y plata que los transformaba en una obra maestra y además bellísima. El valor del papiro subía naturalmente, pero también era una medida práctica contra los roedores porque supuestamente el brillo metálico alejaba a las ratas.
Dentaduras hechas a la medida:
La pérdida dental era cosa de todos los días tanto por enfermedades como por falta de higiene; sin embargo, la odontología medieval era tan avanzada que se han descubierto artefactos rudimentarios como dentaduras postizas talladas en marfil o hueso diseñados a la medida según el paciente.
Animales en la corte:
¡Juicios contra animales! Los animales, en su mayoría domésticos, eran acusados de causar daño a los cultivos o incluso a las personas. Uno de los casos más famosos es el de una cerda acusada de herir gravemente a un niño de cinco años llamado Jean Martin, por lo cual fue tristemente sentenciada a muerte. Burros, toros, perros y hasta ratas eran sometidos al banquillo con procedimientos legales formales.
Citas a ciegas… literalmente
En la Edad Media las parejas a menudo eran “emparejadas” sin siquiera conocerse; y existen algunos casos documentados de bodas que se celebraron completamente a obscuras. La intención de estos matrimonios podía variar, pero se cree que se trataba de una forma de subrayar la importancia de la unión más allá de la apariencia física… como si las uniones no fueran previamente diseñadas por motivos políticos y económicos.
Estas curiosidades pintorescas de la Edad Media son tan solo un asomo de la creatividad colectiva de la época; a veces para bien, a veces para mal, pero sin duda va mucho más allá de valientes caballeros en sus armaduras y damiselas en una torre.