Rusia toma el control de la mayor central nuclear de Europa

por | Mar 4, 2022 | Archivo

El País

La guerra de Vladímir Putin contra Ucrania ha alcanzado otra alarmante derivada. Las fuerzas del presidente ruso han bombardeado la madrugada de este viernes la central nuclear de Zaporiyia —la mayor de Europa— y, tras duros enfrentamientos con el ejército ucranio, se han hecho con su control. Los ataques del Kremlin han provocado un potente incendio en las instalaciones de pruebas de la planta, que ha sido la antesala de la ocupación rusa. El fuego ya se ha extinguido y ninguno de los seis reactores de la central, al sureste de Ucrania, ha sufrido daños.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha asegurado que no se han producido fugas de material radiactivo, pero el bombardeo, de nuevo un ataque indiscriminado contra objetivos críticos, ha elevado la alarma de los observadores y de las organizaciones internacionales sobre una potencial catástrofe. Según un comunicado del Ministerio del Exterior ucranio, “como consecuencia del bombardeo en el territorio de la central nuclear, se produjo un incendio que causó varios muertos y heridos”, aunque no concreta el número de víctimas. El ejército ruso mantiene cautivos a los trabajadores que estaban de guardia en la central.

A las puertas de Vasilivka, una pequeña localidad de la región de Zaporiyia a unos 60 kilómetros de la central, el oficial Ruslan Bestelny señala un tanque ruso a un par de kilómetros, agazapado tras un pequeño cambio de rasante. “Eso es terrorismo nuclear, las plantas de energía nuclear están fuera del conflicto, no creo que tengan gente tan loca como para volar la planta. Al menos lo espero”, comenta Bestelny entre trampas antitanque y sacos de arena a modo de barricadas. De fondo, disparos de artillería ucrania, como truenos sordos y breves. “Tienen varios vehículos blindados que tratan de avanzar para hacerse con Vasilivka”, dice el oficial entre las atronadoras descargas de artillería.

Las fuerzas rusas avanzan por el flanco sur —donde han tomado el control ya de la ciudad clave de Jersón, en el mar Negro— y el este del país, asediando hasta la extenuación aquellas ciudades que no han podido ocupar. Ahora, tras hacerse con la estratégica central de Zaporiyia, en la localidad de Energodar, que había resistido hasta el jueves con la mayoría de la población en las calles haciendo de escudo humano, avanzan hacia Vasilivka.

El ejército ucranio ya no permite el paso a los civiles hasta el pueblo, de 12.000 habitantes. Solo personal sanitario, como Valeri, a bordo de un polvoriento Dacia azul con un cartel casero con una cruz roja pegada a las lunas traseras, que trata de avanzar por la cuneta, al borde de la carretera, para ayudar a evacuar a heridos. “Están bombardeando civiles. Esto son crímenes de guerra. Nos están masacrando y la central es solo un paso más”, se lamenta.

Las imágenes del ataque, captadas por una cámara web de Energodar y publicadas en las redes sociales por Dmitri Orlov, el alcalde de esa ciudad de 50.000 habitantes, muestran una gran bola de fuego anaranjada y densa que se eleva tras una iglesia cercana a la planta. Después, lo que parece fuego de artillería. Anoche, el regidor, ante el asedio ruso y los duros combates a las puertas de la ciudad, que sus habitantes habían tratado de proteger con una poderosa barricada hecha de sacos de arena, vehículos y todo lo que pudieron encontrar, hizo una petición desesperada de ayuda. Horas más tarde, las tropas del Kremlin, que ya se habían atribuido el control de la planta hace días pese a la resistencia ucrania, atacaron la central nuclear y la invadieron.

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