El uso de taxis por aplicación como Uber, DiDi, Cabify y Beat ha revolucionado el transporte público en la Ciudad de México (CDMX), mejorando su calidad y accesibilidad. Sin embargo, este avance ha venido acompañado de preocupaciones crecientes sobre la seguridad de los usuarios.
La Nueva Era del Transporte
Desde su llegada en 2013, Uber ha marcado el inicio de una nueva era en el transporte urbano. Su éxito inmediato atrajo a otras plataformas como Cabify, DiDi y Beat, todas utilizando tecnología móvil para facilitar el acceso a vehículos más cómodos y limpios. Esto ha llevado a que muchos prefieran estos servicios a los taxis tradicionales, que a menudo enfrentan problemas como los «taxis piratas» y la falta de regulación.
Las tarifas de los taxis de aplicación son generalmente más bajas y previamente acordadas, lo que contribuye a su creciente popularidad. Sin embargo, la percepción de seguridad se ha vuelto un tema controvertido. Aunque muchos usuarios disfrutan de la comodidad que ofrecen estas plataformas, otros se sienten inseguros al utilizar sus servicios.
La Seguridad en Juego
Desde la segunda mitad de la década pasada, el aumento de la violencia y la delincuencia ha afectado directamente a los usuarios de taxis por aplicación. Según Eduardo Velazco Santiago, excoordinador del gremio transportista en el Estado de México, entre el 30 y el 45 por ciento del transporte público privado en la CDMX opera irregularmente. Esto ha llevado a un clima de desconfianza entre los pasajeros.
Expertos han señalado que la falta de protocolos de seguridad efectivos en estas plataformas contribuye a la preocupación generalizada. Los usuarios han compartido en redes sociales experiencias de robos y agresiones, resaltando la ineficacia de los mecanismos de verificación de antecedentes de los conductores.
Casos Impactantes
La inseguridad en el transporte por aplicación se ha evidenciado en casos trágicos que han captado la atención pública. El caso de Mara Fernanda Castilla, quien desapareció en 2017 tras usar un servicio de Cabify, es uno de los más notorios. Su cuerpo fue encontrado una semana después y el caso resaltó la necesidad de protocolos más rigurosos.
Otro incidente notable ocurrió con Brenda de la Mora, quien fue amenazada por un conductor de Uber. Su denuncia puso en evidencia la falta de respuesta efectiva por parte de la plataforma ante situaciones de emergencia.
Estos casos y otros similares han llevado a que el 63.9% de la población adulta se sienta insegura utilizando el transporte público, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).
Regulaciones y Respuestas
La Ley de Movilidad en el Estado de México busca regular el transporte público, pero enfrenta desafíos en su aplicación. Las plataformas de taxis por aplicación están reguladas por la Secretaría de Economía, lo que permite una operación más flexible en comparación con los taxis tradicionales.
Sin embargo, la falta de una verificación clara para los conductores y la facilidad para subarrendar vehículos han permitido la infiltración de delincuentes en el sistema. La necesidad de una regulación más estricta y mecanismos de seguridad efectivos se vuelve cada vez más urgente.
Propuestas de Mejora
Ante el creciente número de delitos en el transporte público, se han presentado iniciativas legislativas que buscan tipificar delitos como el feminicidio y el robo en contextos de transporte por aplicación como agravantes. Estas propuestas reflejan la necesidad de un marco legal que proteja a los usuarios y asegure que las plataformas asuman responsabilidades.
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ha implementado medidas para regular los servicios de taxis de aplicación en sus instalaciones, exigiendo que cumplan con estándares de seguridad y calidad. Sin embargo, estas medidas van en contra de la suspensión definitiva que un juez otorgó a los socios de Uber. Esta suspensión otorga permiso a los socios para dar servicio en los aeropuertos sin que tengan alguna autorización especial.
A tomar en cuenta
El auge de los taxis por aplicación en la CDMX ha traído consigo beneficios y desafíos. Si bien han mejorado la accesibilidad y calidad del transporte público, las preocupaciones sobre la seguridad de los usuarios son cada vez más relevantes. La implementación de regulaciones más efectivas y protocolos de seguridad es crucial para garantizar un transporte seguro y confiable en la capital.