Claudia Hernández
Este martes 1 de octubre Irán descargó alrededor de 200 de misiles balísticos contra Israel. Como respuesta a la muerte de Ismail Haniyeh, líder de Hamas; Hasán Nasrala, máximo líder de Hizbulah y un general de origen iraní.
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, confirmó el ataque con la publicación de un video donde se observan los cientos de misiles atravesar el cielo.
Asimismo, aseguró que tomarán represalias por lo sucedido, al señalar que “Irán cometió un gran error y pagará por ello”.
Sin embargo, Irán calificó su misión en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una “respuesta legal, racional y legítima.
De acuerdo con medios locales, este ataque dirigido al centro de Israel no generó ninguna afectación mayor, pero encendió alarma ante posibles impactos en Jerusalén y Tel Aviv.
En este último sitio también se reportó un supuesto acto de terrorismo que dejó al menos seis personas sin vida y que ya es investigado por policías israelíes.
Por su parte, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, detalló que la descarga de misiles se dirigió a objetivos militares y de seguridad de Israel.
Al darse a conocer el bombardeo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden ordenó al ejército derribar los misiles lanzados por Irán a Israel.
En un comunicado de la Casa Blanca se informó la reunión entre el presidente, la vicepresidenta Kamala Harris y el equipo de seguridad nacional donde se tomó la decisión de “defender” al territorio israelí.