Alondra de la Parra, directora de orquesta mexicana, debutó el pasado martes 24 de septiembre como directora titular de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM) en España. Su debut está enmarcado en el inicio de la temporada 2024-2025.
En el debut participó Pablo Sáinz-Villegas, talentoso guitarrista español, como solista invitado. Asimismo, se contó con Josep Vila i Casañas como director del Coro de la Comunidad de Madrid. Este coro celebra su 40 aniversario.
Concierto y crítica
El concierto, realizado en el Auditorio Nacional, incluyó tres piezas icónicas en el concierto Raíces. Dentro del Ciclo Sinfónico de la ORCAM, la orquesta interpretó El sombrero de tres picos, suites 1 y 2, de Manuel de Falla. También deleitaron al público con el Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta, de Joaquín Rodrigo. Para finalizar con Daphnis et Chloé, Suites 1 y 2, de Maurice Ravel.
De acuerdo con el crítico especializado en música clásica y ópera, Raúl Chamorro Mena, el programa representaba un español genuino en la primera parte, para rematar con una composición vasco-francesa.
Chamorro resalta el releve mediático de De la Parra, así como su «condición de embajadora cultural de su país». Al mismo tiempo, destaca el «pulso y la energía» con la que dirigió Alondra, provando que el fandango y la farruca brillaran. Con respecto a la química entre la orquesta y la directora, para Chamorro fue evidente, lo mismo que la entrega y la motivación.
Sin embargo, Raúl Chamorro considera que a la ejecución de De la Parra le faltó «claridad expositiva, diferenciación de planos y una mayor articulación». Aunque califica de «brillante» a la jota final (danza folclórica), la notó atropellada, borrosa y estridente.
Por otro lado, Chamorro también hace un análisis del progreso de la Orquesta. Como alguien que ha seguido muy de cerca su desempeño, notó que progresó en las maderas, pero que en las cuerdas sigue quedando a deber en el «empaste, redondez, cuerpo y presencia».
La guitarra de Pablo
Chamorro aplude la ejecución de Pablo Sáinz Villegas y agradece que no haya usado la recurrida amplificación. Raúl remarca la nitidez de la guitarra, muestra de la «inobjetable.. autoridad técnica» de Sáinz Villegas. «Gran exhibición», de acuerdo con Chamorro, pero matiza señalando la falta de un «fraseo más cincelado y contrastado» y que le sobró «edulcoramiento».
El acompañamiento orquestal de la guitarra bien, aunque le faltaron «detalles y mayor limpieza en las texturas». En respuesta a la ovación del público, Sáinz Villegas interpretó Recuerdos de la Alhambra, de Francisco Tárrega.
El final
En la opinión de Raúl Chamorro, tanto la dirección con los dirigidos no estuvieron a la altura de la obra de Maurice Ravel. La falta de misterio, transparencia y limpieza expositiva hizo que la obra se percibiera un poco superficial.
A pesar de los detalles, Chamorro subraya la entrega mostrada por la orquesta a su directora, acentuando el «brío, empuje e impulso rítmico» en la ejecución de De la Parra. Para Raúl Chamorro, el coro cumplió.
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