Yo no sé ustedes, pero las palabras que usó el jefe de gobierno de la CDMX suenan muy chavistas. Por más que los simpatizantes del régimen digan que no ven nada malo, no está de más tomar con pinzas lo dicho por el jefe.
¿Qué dijo?
Este lunes fue publicada la reforma a la Constitución Política de la Ciudad de México en materia de propiedad. De acuerdo con Martí Batres, jefe de gobierno de la CDMX, estas reformas restablecen «los principios del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que habían sido olvidados y sustituidos por un «principio rector» de «respeto a la propiedad privada» en el ordenamiento local».
Asimismo, habla de interés público y dominio:
«Ahora, con la reforma, se recuperan en el ámbito local las nociones de la propiedad originaria de la Nación, así como el derecho de la Nación para transmitir el dominio de la propiedad a los particulares y para imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público.»
También, hace hincapié en que «se dificulta que el actual Poder Judicial pueda realizar interpretaciones de nuestras normas locales en favor de los grupos económicos más poderosos».
Traducción
Aunque, en teoría, todos debemos acatar lo que dice nuestra Constitución, es de conocimiento popular que no todos lo hacen, entre ellos, algunas autoridades. Para eso está el poder judicial. Ellos son la vía para obligar a las autoridades a respetar la ley, los derechos humanos, nuestros derechos.
Cuando Batres habla de «imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público», «interés público» solía interpretarse como un beneficio para la población, como la construcción de una escuela o un hospital, información muy importante para los ciudadanos como el contenido del agua de la Benito Juárez y por qué se contaminó, casos de corrupción con todo y denuncias oficiales y no en una conferencia matutina.
Sin embargo, cuando Martí dice «Se dificulta que el actual Poder Judicial pueda realizar interpretaciones de nuestras normas locales», parece que interés público es lo que diga el ejecutivo, sin que el judicial le corrija la plana, si es necesario.
Justo ese es el fin de la reforma judicial y de la eliminación de varios órganos autónomos, como el INAI. Los contrapesos le estorban al presidente y a su partido. No dudo que cuando hablan de «los grupos económicos más poderosos» se refieren a aquellos que no están alineados con Morena, porque hay grupos económicos poderosos a los que les ha dado varios contratos en su administración.
Los gobernantes más justos
El presidente inició su gobierno asegurando que la corrupción se acabaría porque la cabeza, él, no era corrupta. Además, ha dado la cara por los señalados de corrupción, como el director de SEGALMEX. ¿Desde cuándo las autoridades son ejemplo de rectitud y honorabilidad?, ¿sólo son dignos de nuestra confianza los miembros del partido guinda?, ¿están cambiando las leyes porque están seguros que van a estar en el poder muchos años?, ¿por qué?
Después de un sexenio con récord en homicidios, un nefasto sistema de salud, educación básica en la que el aprendizaje se dejó de lado, con autoridades que ignoran a todo el que piensa diferente o al que critica, y a punto de empezar un sexenio que pinta para más de lo mismo, o peor, me recuerda los dos consejos que mi familia nos ha dado desde pequeños. El primero, nunca firmar una hoja en blanco. El segundo, en forma de advertencia, «yo no meto las manos al fuego por nadie, ni por mí». Por eso me resulta difícil de entender que el «pueblo» de México le haya extendido un cheque en blanco a un gobierno por el que parece que mete las manos al fuego, pero que no es correspondido.
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