La consulta popular es un «mecanismo directo» y sirve para que los ciudadanos aprueben o rechacen una propuesta. Suena bien, ¿no?
Historia de la democracia directa
La forma de democracia que tenemos en México, representativa, ha estado en la mira pública porque los ciudadanos no se sienten representados y se perciben lejos de la toma de decisiones. Es decir, las autoridades, los representantes, son elegidos por voto popular, pero una vez logrado su objetivo se percibe que se sienten con el derecho de hacer cualquier cosa.
Debido a lo anterior, sectores de la población han pedido la implementación de algunos mecanismos que permitan la participación ciudadana directa en algunas tomas de decisiones. Ejemplo de ellos son el referéndum, la iniciativa popular, el plebiscito y la revocación de mandato; instrumentos de democracia semidirecta, debido a que se encuentran en un sistema predominantemente representativo.
Anteriormente en Grecia, en el siglo V A.C., los ciudadanos se reunían regularmente, unas 40 veces al año, para discutir asuntos de interés común. La agenda era establecida por el «Comité de los 50», que era un grupo emanado del «Comité de los 500», que eran representantes de los demes, o pequeñas unidades políticas.
Se requería una participación de 6,000 ciudadanos, por lo menos, mismos que discutían y aprobaban por consenso los temas tratados. En aquella época, el ciudadano entendía la vida política como una extensión de sí. Además, la sociedad tenía un tamaño reducido y era homogénea, por lo que había las condiciones para dialogar.
Mecánica moderna de participación ciudadana
A nivel mundial han pasado muchos años, y muchos modelos de gobierno desde entonces. El día de hoy, llevar a cabo una democracia directa como la que se tenía en Grecia del siglo V A.C. resultaría muy complicado. Discutir y formular leyes requiere de mucho tiempo que los ciudadanos actuales no tienen, para empezar con lo más básico. Nuestra democracia participativa es más «simple».
Para empezar, se invita a la ciudadanía a opinar sobre un tema propuesto. Previamente, el tema fue propuesto por el presidente, el 33% de los integrantes de cualquiera de las Cámaras del Congreso o 2% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral. La petición debe ser aprobada por la mayoría de cada cámara del Congreso. Una vez realizada la consulta, podrá ser vinculante para las autoridades competentes si participa el 40% de la lista nominal, por lo menos.
Temas fuera de discusión
Hay algunos temas que no se pueden someter a consulta como la restricción de los DDHH, los principios consagrados en el art. 40 de la Constitución, los temas de índole electoral, los ingresos y egresos del Estado, lo relativo a la seguridad nacional y «la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada Permanente».
La consulta popular y el Poder Judicial
Estos días ha acaparado la prensa nacional el tema relativo al nombramiento de los integrantes del Poder Judicial. De acuerdo con el Representante del Ejecutivo Federal, la reforma al Poder Judicial es urgente.
Después de las múltiples declaraciones y referencias al llamado Plan C, el super peso se cayó. Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa, salió a calmar las aguas diciendo que no está definida la reforma constitucional que los legisladores de Morena aseguraron que aprobarían en septiembre.
Este tema fue central en la primera reunión que tuvieron el presidente actual y la virtual próxima primer presidenta. Sin embargo, finalmente, Claudia Sheinbaum matizó declarando que se sometería a consulta, pidiendo un debate en torno a ella y pidiendo a inversionistas que no estuvieran nerviosos, pues se respetaría el Estado de Derecho.
El gran debate incluye 32 foros estatales y 2 diálogos con la Junta de Coordinación Política, a realizarse en el mes de septiembre. Para esta fiesta democrática, se prevé invitar a ministros, integrantes de tribunales locales y federal, así como de la SCJN y barras de abogados.
Otra opción es realizar 300 diálogos, uno en cada distrito electoral. Estos diálogos deberían de realizarse a la brevedad para que sea sometido al Congreso que inicia en septiembre.
Los expresidentes y el NAIM
Sin embargo, tenemos un par de antecedentes relevantes. Por un lado, la cancelación del NAIM, que se canceló después de someterse a una consulta popular pese a la recomendación, de expertos asesores del presidente, de no cancelarse; esto en medio de una consulta no «oficial». El otro antecedente es el juicio a expresidentes que, si bien tuvo una probación mayoritaria, no fue vinculante porque no tuvo la participación mínima requerida.
A pesar de lo anterior, la virtual próxima primera presidenta de México ya sentenció: «La gente tiene una percepción de corrupción del Poder Judicial entonces tiene que avanzar la reforma…»
Entonces, ¿no crees que realizar los diálogos y la consulta está de más?
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