Adicción a las pantallas

por | Dic 4, 2024 | Internacional, Nacional

¿Es la tecnología una amenaza para tu bienestar?

Las pantallas están por todas partes. Desde el móvil hasta la tele, pasando por la computadora y las pantallas de los autos. Vivimos en un mundo donde miramos más a un dispositivo que a las personas que tenemos al frente. ¿El resultado? Un ejército de adictos a la tecnología que ni siquiera se da cuenta de que está en modo automático. Pero, ¿es la tecnología una amenaza para nuestro bienestar o simplemente un aliado mal entendido? Vamos a analizarlo.

Esa tentación

No importa si es por trabajo, entretenimiento o simplemente por miedo a perderte algo en Instagram. El caso es que pasamos más de 7 horas al día frente a una pantalla. Y no, no es exageración. Si eres de los que se siente ofendido porque solo usas tu teléfono unas 4 horas, sigue leyendo, probablemente eres parte del club de los que viven «conectados». ¿Qué pasa cuando esa conexión se convierte en dependencia? Algo no muy bonito.

Tu cuerpo está pidiendo auxilio

Si alguna vez has sentido dolor en los ojos después de un maratón de Netflix o has tenido que ajustar tu espalda porque ya no sabes cómo sentarte frente al computador, es porque algo no está bien. Pasar tantas horas mirando una pantalla puede tener consecuencias serias.

Los ojos secos, el dolor de cuello, los dolores de cabeza y, lo peor de todo, la mala postura, son solo el principio. Lo que en un principio era una distracción inocente, ahora está afectando tu cuerpo. Y ni hablar de la “pandemia” del insomnio digital. Las luces azules que emiten nuestros dispositivos son como un veneno para nuestro sueño. El cerebro no entiende que es de noche, y te quedas dando vueltas en la cama con los ojos abiertos, pensando en el último tuit que leíste.

Todo está conectado

Las pantallas no solo están afectando tu cuerpo. También están jugando con tu mente. ¿Te has dado cuenta de cómo, después de hacer scroll por redes sociales, sientes que tu cerebro se ha transformado en una masa gelatinosa? La sobreexposición a contenido constante (¡y superficial!) puede generar estrés y ansiedad. Si te preguntas por qué te sientes inquieto y no puedes concentrarte en nada, lo más probable es que sea porque has estado alimentando tu cerebro con un exceso de estímulos digitales.

Y no, no estamos hablando solo de la adrenalina que provocan las notificaciones de tu móvil. Las redes sociales están diseñadas para mantenerte pegado a la pantalla, mostrando solo lo que quiere tu cerebro ver, creando un ciclo interminable de dopamina (esa hormona que te hace sentir bien por un segundo y luego te deja vacío). Es una adicción moderna, y no se nota, pero te atrapa.

Menos caras, más caras de WhatsApp

¿Y qué pasa con las relaciones humanas? Bueno, si lo analizamos, la tecnología ha hecho que estemos hiperconectados, pero paradójicamente, cada vez más desconectados en la vida real. Es como si las interacciones online fueran la nueva “norma” y las conversaciones cara a cara se fueran desvaneciendo. El “me gusta” de Facebook ha reemplazado al apretón de manos, y las conversaciones profundas se han convertido en intercambio de memes. Sí, las pantallas están creando una desconexión emocional.

¿Te sientes más cerca de tus amigos que están a 10,000 km de distancia que de los que tienes al lado? No estás solo. Aunque la tecnología ha permitido que estemos más conectados, también ha fomentado una desconexión real de nuestras emociones, haciéndonos sentir solos en medio de la multitud.

Un desconectar para reconectar

Entonces, ¿cómo le damos la vuelta a todo esto sin tener que hacerle un “reset” a la tecnología? La clave está en el equilibrio. No es necesario que dejes el móvil en la basura o te hagas un ermitaño digital. Pero sí es importante empezar a establecer límites.

1. Silencia las notificaciones. No dejes que tu teléfono dicte tu vida.
2. Haz descansos. Si trabajas frente a una pantalla, sigue la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mira algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos.
3. Desconecta antes de dormir. Apaga las pantallas al menos una hora antes de dormir. ¡Tu cerebro lo agradecerá!
4. Socializa en persona. Haz un esfuerzo por ver a tus amigos cara a cara, sin el móvil en la mano.

¿Es la tecnología una amenaza?

No, la tecnología no es el enemigo. El verdadero problema es cómo la usamos. Nos hemos vuelto esclavos de nuestras pantallas, pero no porque la tecnología sea mala, sino porque no sabemos ponerle freno. Como en todo, el abuso siempre es lo que trae problemas. Usar la tecnología con moderación puede mejorar nuestras vidas de formas inimaginables. Pero si dejamos que nos controle, entonces sí, se convierte en una amenaza para nuestro bienestar físico y mental.

En resumen, las pantallas están aquí para quedarse, pero ¿realmente queremos vivir frente a ellas todo el tiempo? Quizás es hora de hacer una pausa y, en lugar de mirar la pantalla, mirar más a menudo a las personas. A veces, desconectar es la mejor forma de reconectar.

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