¿Para qué sirve una «Sor Juana»?

por | Nov 11, 2024 | ¿Para qué sirve?, Archivo | 0 Comentarios

La frase «cáete con una Sor Juana» podría parecer el arranque de una charla filosófica sobre la importancia de las grandes figuras en la literatura mexicana, pero no. En las calles de la CDMX, esta expresión se relacionaba con una de las prácticas más cotidianas y oscuras del país: la «mordida». ¿La han sustitudo 4 «ajolotitos» cuando Sor Juana se «mudó» del billete de $200 al de $100?

Sor Juana

Primero, hay que reconocer que Sor Juana es, por mucho, uno de los íconos más grandes de la historia mexicana. Con su obra, que va desde la poesía hasta los ensayos filosóficos, y su capacidad para desafiar las normas impuestas a las mujeres de su tiempo, no solo ha sido una figura literaria, sino también un símbolo de resistencia intelectual y feminista. Entonces, ¿cómo es posible que su imagen termine asociada con un tema tan sombrío como la mordida?

La mordida, esa especie de “tributo” no oficial que muchos conductores pagan para evitar caer en la red burocrática, una realidad que, aunque no debería existir, sigue presente en la vida diaria de muchos mexicanos. Y es en ese contexto donde la imagen de Sor Juana en los billetes de 200 pesos se convirtió en un símbolo, no de la inteligencia o la resistencia, sino de la “solución” rápida para evitar problemas de tránsito.

El billete de 200: símbolo de la transacción

La imagen de Sor Juana en el efectivo no es casual. Monedas y billetes han tenido figuras históricas que honran su memoria. A pesar de esto, no se ha escapado de su utilización en la alimentación de la cultura de corrupción.

Y es que, a pesar de que la ley establece que los pagos por infracciones se deben hacer a través de los canales oficiales, en las calles, la realidad es otra. La mordida de tránsito se convirtió en una «tradición» para salir rápido de un apuro. Y es que todo lo que involucra un trámite de tránsito: tiempo, filas, un pago mayor para el automovilista…

Un billete destinado a rendir homenaje a una mujer que rompió las barreras de su época, se usa para perpetuar una de las prácticas más viejas y comunes de la vida cotidiana de muchos mexicanos. Aunque… los tiempos cambian y los «polis» se actualizan.

La mordida y el fenómeno social

Para entender la relacion billete-mordida, hay que ver el panorama completo. En muchas ocasiones, los conductores se ven obligados a pagar las «mordidas», ¿cómo sucede eso, alguien los amenaza?

No, pero sí afecta a su día a día. Largas horas de papeleo, en la ya de por sí muy apretada agenda citadina. Multas elevadas, comparadas con el pago «exprés» en el momento. Retención del vehículo, herramienta útil para trasladarse de la casa al trabajo y para otras actividades.

La «mordida» no es un fenómeno exclusivo de la capital. El problema radica tanto en elos agentes de tránsito como en la cultura de impunidad que ha sobrevivido generciones. Con la corrupción generalizada, la «mordida» parece una solución práctica a un sistema lento e ineficiente.

¿Qué culpa tiene Sor Juana?

Claro, Sor Juana no tiene nada que ver con la mordida misma. Su nombre se utilizó para referirse indirectamente al billete donde aparecía su rostro. No se utilizaba el «dame un Benito» porque la demoninación del billete era de $20, pero ahora que vale $500 sería tentador usarlo, si no fuera porque es un billete que usualmente no usamos para el dia a día.

Es cierto que hay quienes intentan evitar la mordida y siguen el proceso legal, pero la realidad es que muchos, al encontrarse con un policía en la esquina de una calle transitada, sienten que la única forma de seguir adelante es pasar por este atajo económico. Y así, Sor Juana, una de las figuras más importantes de la literatura, se convierte en un triste testimonio de cómo la cultura de la impunidad sigue vivita y coleando en un México donde, a veces, la moral se sube al volante.

La paradoja del billete

El contraste entre la Sor Juana que luchaba por el conocimiento, por los derechos de las mujeres y por una sociedad más justa, y el uso de su imagen para facilitar la evasión de las leyes de tránsito, refleja a la perfección las contradicciones que viven muchos mexicanos todos los días. En un país donde las autoridades no siempre aplican las leyes y donde las soluciones rápidas parecen ser la norma, la mordida se ha convertido, tristemente, en una forma de sobrevivencia.

La pregunta original, entonces, podría ser «¿para qué sirve el sistema que permite que la imagen de una figura relevante termine siendo parte de este ciclo de corrupción?» Sor Juana, con toda su sabiduría y valentía, probablemente nunca imaginó que su imagen sería usada en una transacción tan distante de sus ideales.

Pero en el México de hoy, las respuestas no siempre son las que esperamos, y la historia sigue escribiéndose, a veces con tinta de billetes que nos recuerdan lo lejos que estamos de las ideas que realmente importan.

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