Mayoría aplastante vs minoría ruidosa

por | Jun 18, 2024 | Archivo, Opinión

Decir que el partido en el poder no quiere dialogar y solo quiere imponer es un hecho y no una suposición. Si a ello le sumamos que ya tiene una mayoría aplastante en el Congreso, aunque en el senado está a un par de legisladores que quieran cambiarse al lado «correcto» de la historia para tener una mayoría calificada, entonces el futuro pinta oscuro. De primera, parece una guerra perdida, pero valdría la pena preguntarse… con una mayoría aplastante, ¿el partido oficial la usará para bien o para mal?

Las batallas ruidosas

Esa mayoría aplastante no quiere diálogo, considero que nunca ha estado abierta a ello y la reforma al Poder Judicial es el ejemplo más reciente. El representante del ejecutivo federal ya dió su veredicto, dando su aprobación para cambiar lo que consideren necesario excepto la elección por voto popular y directo de jueces, magistrados y ministros.

La justificación para hacer lo que quieran es que muchos votaron por ello, que el «pueblo» votó para sacar a los jueces corruptos y que le quieren quitar el control del Poder Judicial a los delincuentes.

Sigamos su lógica. Si votar por los jueces fuera una garantía de su independencia e incorruptibilidad entonces toda la clase política sería gente de bien, que no se vende por un hueso o un moche. Por lo tanto, no se tendría que señalar y perseguir a ninguna autoridad, pasada, presente o futura, porque fueron elegidos por el pueblo, y el pueblo es bueno y sabio. Pero… actualmente es el Poder Ejecutivo el que propone la terna para ministros de la Corte, el o la elegida es una persona que sí o sí el Presidente eligió y al día de hoy el actual presidente propuso a 5 de los integrantes de la SCJN.

¿Quién haría las propuestas de los candidatos a jueces?

En la reforma planteada por López Obrador, las propuestas para integrar al Poder Judicial vendrían de los 3 poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Es decir, votaríamos por aquellos candidatos que el partido oficial nos imponga porque ¿adivinen quién tiene mayoría en el congreso?

A partir de lo anterior, no es difícil saber por dónde irán las cosas. Actualmente la bancada del partido guinda en el Congreso es incapaz de cambiar una coma en las propuestas del ejecutivo, por lo que, tanto las propuestas del ejecutivo como las del legislativo las haría una sola persona.

Y para saber cómo termina eso tenemos de ejemplo a la recién estrenada «Ministra del pueblo», quien nos ha dado cátedra de cómo son los perfiles que quieren que lleguen al Poder Judicial. Una y otra vez, haciendo gala de su inexperiencia, nos demuestra que lo importante es el discurso político, el 100% de lealtad al inquilino de Palacio y 0% de capacidad, tal cual él lo pidió.

Amnistía y amparo, ¿batallas perdidas?

Con la ley de amnistía se puede perdonar un sin fin de delitos a cambio de «información valiosa» (¿o es «información armada»?) sobre casi cualquier cosa. ¿Cómo sabremos que la información es fidedigna?, no lo sabríamos, se podría ocupar rápidamente la figura de «testigo protegido» y de «información reservada por seguridad nacional » y sólo nos quedaría CREER que lo que nos dice el ejecutivo es cierto.

Con la ley de amparo las cosas no mejoran. Al quitar la generalidad de su aplicación perjudican (esto ya lo debieron escuchar muchas veces) a los más pobres. ¿Por qué? Porque los más ricos pueden pagar abogados para ampararse ante una obra del estado, por ejemplo, y si se determina que el estado estaba vulnerando sus derechos ya no podrá aplicarse a los demás, cada uno tendrá que buscar (y pagar) una defensa individual.

Todo lo anterior suena mal. Y amenaza con ponerse peor. Afortunadamente todavía tenemos un Poder Judicial independiente del ejecutivo y del legislativo, que puede frenar todo eso, mientras no esté lleno de «ministros y ministras del pueblo».

Malos ganadores

La guerra parece perdida. La mayoría aplastante repite sin cansarse que por ello votaron. Que los perdedores son una minoría ruidosa, ¿se refieren a una minoría como la comunidad LGBTQ, como el movimiento feminista, como otros grupos vulnerables?

Ahorita, unos están muy contentos porque «sacaron al PRI», otros porque ganó «el partido que piensa en los pobres», otros más por continuar sacando un provecho económico del actual gobierno, sea cual sea la excusa para estar felices no será nada cuando la realidad les llegué.

Venezuela, ahí vamos

Los que dicen que nos vamos a convertir en Venezuela suenan alarmistas. Pero basta ver por lo que pasaron nuestros hermanos venezolanos para darnos cuenta de que la historia parece repetirse. Bien dicen que no escarmentamos en cabeza ajena.

Por si fuera poco, los opinólogos del régimen piden a los críticos del régimen que le bajen dos rayitas a su crítica, porque, advierten, de seguir así orillarán al Poder ejecutivo a llevarnos a Venezuela. No sé ustedes, pero a mí me suena a amenaza de censura.

Lo que es un hecho, seamos o no Venezuela, es que eso de que «la mayoría no puede estar equivocada » es mentira, y que no debemos confundir la verdad con la opinión de la mayoría. Y ahora que la mayoría decidió entregarle todo el poder a un solo hombre, ¿a poco no sienten una inmensa tranquilidad?

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