Pruebas, pruebas, ¡prueeeeeebaaaaas!

Durante los debates pudimos ser testigos de varios momentos que dieron luz sobre esta teoría. Por ejemplo, cuando el candidato naranja respondía cada señalamiento que la candidata del frente le hacía a la candidata oficialista con el clásico «pero el PRI robó más», adaptado a los diferentes temas planteados.

Candidato «naranja»

Pero esto no empezó ahí. Esto se vio desde la elección del primer candidato naranja. Recordemos que en septiembre del año pasado, cuando se empezaba a especular quién sería el candidato de Movimiento Ciudadano ante la negativa de Dante Delgado de unirse con la oposición, se mencionaron muchos nombres. El nombre de Samuel García no sonaba porque le creímos eso de que se quedaría los 6 años de su gobierno. Pero sí se mencionaba a Luis Donaldo Colosio Riojas.

Colosio Riojas tenía el nombre que prometía llenar de votos, y conservar el registro, a su partido. Sin embargo, cuando se le preguntó si contendría por la presidencia dijo: «no voy a ser artífice de la división de una oposición. Sería irresponsable.»

¿A qué se refería Colosio Riojas con «división de una oposición» y con ser «irresponsable»?

Lo aclaró él mismo cuando aseguró que “México es una responsabilidad más grande por encima de los partidos” y pidió «a pensar en el rumbo del país, más allá de los intereses políticos y personales, pues la única posibilidad real de sacar a Morena del poder es crear una oposición responsable”.

Es decir, que por amor a México se unan los partidos opositores para evitar otro sexenio de abrazos a delincuentes, de la falta de medicamentos, del debilitamiento de los contrapesos, de la improvisación de las obras públicas, de la inexistencia de mantenimiento, de la ineptitud, irresponsabilidad e indolencia del gobierno ante la masacre del pueblo.

¿Cómo es que la división de la oposición le ayuda a Morena?

El partido naranja se vende como opositor. Para los que han sido críticos con el actual gobierno federal y para aquellos que se desilusionaron del partido guinda por el que votaron en 2018 hay dos opciones. Mientras que para los AMLOvers (y para todos aquellos que son obligados a votar por el partido oficial) sólo hay una opción. De esta manera, los votos contra el partido guinda se dividen en dos, si fueran uno solo no habría duda de que el segundo piso de la mal autollamada «transformación» no se llevaría a cabo.

Y tú, ¿quieres un segundo piso de inseguridad?