Cada vez que nos asustamos, por ejemplo cuando ocurre un sismo, no falta la abuelita o la mamá que nos recomiende comer un bolillo, así que, bajo está lógica, ¡lleve, lleve su microbolillo para el microsusto!

¿Qué es un microsismo?

Los microsismos son movimientos telúricos de pequeña magnitud. Estos terremotos tienen una duración de unos cuantos segundos y son perceptibles en un área muy reducida.

Microsismos en la CDMX

Recientemente se han producido varios microsismos en la Capital del país, algunos de ellos han despertando de no muy buena manera a los capitalinos. Los expertos dicen, sin embargo, que los microsismos no son nuevos, pero es hasta ahora que se tiene la tecnología para medirlos, ubicarlos y llevar un registro, incluso de aquellos que no son percibidos por los pobladores.

Arturo Iglesias Mendoza, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN) y experto del Instituto de Geofísica de la UNAM, detalló que los microsismos son eventos independientes, superficiales, sin réplicas y que es posible que provengan de la misma falla geológica, dentro del Eje Volcánico.

De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional se producen alrededor de 80 sismos al día, en todo el país. En la Ciudad de México, el mapeo se dificulta debido a la urbanización. Y, aunque hasta ahora sólo se ha tratado de microsismos, sin daños considerables, es importante continuar la investigacción de este fenómeno y que la población se mantenga informada.

¡Lleve su microbolillo para el microsusto!

Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó, para Gaceta UNAM, que el estrés agudo provoca un aumento en la producción de ácido estomacal y que el pan inhibe esta secreción gracias a su cantidad de carbohidratos.

Aunque asustarse es importante para que nuestro cuerpo reaccione ante un inminente peligro, una vez que éste pasa el cuerpo tiene secuelas. Por lo tanto, el bolillo nos ayuda a reponernos de un susto, evitando náuseas y la sensación de vacío en el estómago causados por el ácido estomacal.

No obstante, la experta no recomienda ingerir más de 3 bocados e invita a no tenerle miedo a «volverse diabético» por un susto, pues éste no provoca diabetes. A su vez, indica que las personas que padecen diabetes pueden comer un pedacito de bolillo después de un susto, «pues eso les ayuda a estabilizar el azúcar y a no marearse».

Ortiz Olvera señaló que, además, masticar es un distractor y disminuye el miedo. Lo mejor es que al ser económico es fácil de encontrar un bolillo en muchos hogares, pero que no es el único aliado contra el estrés post-sismo. La fruta, la fibra y algunos lácteos son buenos sustitutos del pan.

Y tú, tras un microsismo ¿llevarías un microbolillo para el microsusto?

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