Últimamente, hemos escuchado que el Ejecutivo Federal propone eliminar a los plurinominales en su reforma electoral, pero… ¿qué son los plurinominales y para qué sirven?
Los legisladores plurinominales son aquellos que llegan a su curul por medio del principio de representación proporcional. Clarísimo, ¿verdad? lo anterior quiere decir que después de una votación se obtiene el porcentaje de votos que tuvo cada partido político en cada región, y se reparte proporcionalmente entre ellos los espacios previamente asignados a cada región.
¿De dónde vienen los «pluris»?
En la reforma al artículo 54 de la Constitución, publicada en 1963, se estableció que cada partido político que obtuviera 2.5% de los votos totales tendría 5 diputados, uno más por cada 0.5% de votos obtenidos, hasta llegar a 20 diputados en total.
En 1977, estando el PRI en el poder, reformó el artículo 52. Con esta reforma, y con un PRI con dominio de la vida política del país, se estableció en 100 el número de diputados elegidos por el principio de representación proporcional, los llamados «pluris», y 300 diputados de mayoría relativa.
Por último, en 1986, una nueva reforma dio vida a la Cámara baja como la conocemos ahora: 300 diputados de mayoría relativa y 200 de representación proporcional.
Gente por la que nadie votó, o por qué «tumbar» a los plurinominales
Una de las razones por las que quieren «tumbar» a los plurinominales es que son un gasto excesivo para la nación y… nadie votó por ellos. Sin embargo, los candidatos plurinominales se crearon con el fin de que todos los puntos de vista estén representados en el Congreso, de que todas las voces sean escuchadas. Es decir, es una manera en que las minorías políticas sean incluidas en nuestro Poderoso Poder Legislativo. Es una forma de inlcuir a las minorías que no ganaron.
Pongamos un escenario ficticio. En este escenario imaginario, hay elecciones imaginarias. En estas elecciones el Partido Azul arrasa en una ciudad. Entonces la Presidencia Municipal, los diputados, los Senadores, el Gobierno del Estado y hasta la Presidencia de la República, son azules. También, este escenario imaginario no hay legisladores plurinominales. En esta ciudad imaginaria los demás partidos no tendrían voz ni voto en el Congreso. Por ejemplo, el partido rojo, el guinda o el naranja, y demás partidos y sus militantes y simpatizantes no podrían decir ni hacer nada ante este escenario imaginario en el que el partido azul podría cambiar leyes y hacer las reformas que se le antoje… aún cuando hubiera ganado por poquitos votos con respecto a los otros partidos.
Menos gasto, pero ¿a qué costo?
Sin duda, cuando plantean reducir el gasto que supone para la ciudadanía el pago de cientos de legisladores, muchos dirán que sí, ¿dónde firmo? y más si se trata de evitar que políticos «impresentables» obtengan un puesto e inmunidad. Aunque por otro lado, la idea de ser gobernados por una sola fuerza política, sin espacio para la discusión, para pensamientos distintos, para los otros, también es tema de discusión en el país más democrático del mundo.
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