Una nueva amenaza de sequía se cierne sobre el suministro de agua potable en México, afectando al menos cinco entidades, incluyendo Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Morelos y Puebla, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La sequía severa ha agotado los embalses del país, y la falta de lluvias es evidente, con un descenso del 43,7% en las precipitaciones registrado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) durante el primer mes de 2024, en comparación con el año anterior.
El Sistema Cutzamala, vital para abastecer el 25% del líquido en el Valle de México, se encuentra preocupantemente bajo, operando a tan solo un 40,1% de su capacidad total en las presas El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria. En respuesta a esta escasez, la Conagua ha decidido reducir el caudal del Cutzamala a 800 litros por segundo.
La crisis hídrica no es nueva; la Conagua ya había informado sobre un déficit de lluvias durante la primera quincena de junio de 2023, atribuido a un bloqueo atmosférico que generó un ambiente cálido a muy cálido en México, propiciando la segunda y tercera ola de calor y agravando la escasez de agua.
Según el Monitor de Sequía de la Conagua, entre el 31 de mayo y el 15 de junio de 2023, el porcentaje del territorio mexicano afectado por algún grado de escasez de agua aumentó del 61,6% al 65,59%.
La sequía anormalmente seca subió de 28,55% a 31,07%, mientras que la sequía moderada disminuyó ligeramente de 17,43% a 16,59%. La sequía severa y extrema también se han intensificado, afectando áreas en estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Jalisco y Zacatecas.
Expertos, como Jorge Fuentes, director de proyectos del Consejo Consultivo del Agua, señalan que las sequías son fenómenos cada vez más frecuentes debido al cambio climático. A nivel global, las sequías se están volviendo una realidad permanente, y México no es la excepción.
La escasez de agua en México se enfrenta a múltiples desafíos interconectados, que incluyen el cambio climático, el crecimiento poblacional, la sobreexplotación del agua y la deforestación.
El aumento de la población incrementa el consumo, mientras que la deforestación reduce la capacidad de los ecosistemas para retener agua y regular el ciclo hidrológico.
La reducción y variación en las precipitaciones, agravadas por la tercera ola de calor en junio de 2023, han llevado a una disminución del 61% en las lluvias a nivel nacional en comparación con el promedio de 1991 a 2020. Las principales presas del país, como las de Morelos, San Luis Potosí y Querétaro, se encuentran en promedio a un 44,6% de su capacidad, enfrentando niveles particularmente bajos.
Desigualdades en las tarifas y la financiación del agua
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) revela que la definición de tarifas para el suministro de agua potable en México carece de una metodología uniforme a nivel nacional. Cada entidad cuenta con su propia legislación relacionada con el uso del agua, y la determinación y aprobación de tarifas se realiza por parte de cada estado en colaboración con los municipios correspondientes.
Las tarifas de agua varían entre usuarios residenciales, comerciales e industriales, generalmente en relación con el nivel de consumo. Sin embargo, el IMCO destaca que estas tarifas no reflejan el costo total del suministro de agua potable, ya que los gastos no cubiertos se compensan con los subsidios otorgados por el Gobierno Federal.
Entre 2019 y 2023, el presupuesto promedio anual autorizado fue de 2,100 millones de pesos en subsidios para proveer agua a la población, subrayando la necesidad de una revisión integral de las políticas hídricas en México. La escasez de agua es una realidad que requiere atención urgente, y con la creciente frecuencia de sequías y desafíos en la financiación del suministro de agua, es crucial abordar estos problemas de manera efectiva y equitativa para garantizar el acceso al agua potable en todo el país.
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